Tartar de salmón, aguacate y mango

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Tartar de salmón con aguacate y mango: fresco, nutritivo y con un equilibrio que enamora

Hay platos que no solo entran por los ojos, sino que también cuidan de ti desde el primer bocado. El tartar de salmón con aguacate y mango es uno de esos regalos gastronómicos que combinan lo mejor de la cocina saludable con una presentación elegante y un sabor que sorprende. Perfecto para días calurosos, celebraciones especiales o simplemente para darte un capricho nutritivo, este plato frío es una explosión de frescura, textura y color.

El salmón crudo es el corazón de esta receta. Considerado uno de los pescados más completos, aporta proteínas de alta calidad y ácidos grasos omega-3, fundamentales para la salud cardiovascular, cerebral y articular. Además, es rico en vitaminas A, D, E y del grupo B, y minerales como potasio, fósforo, selenio y hierro. Una ración de 150 g puede cubrir las necesidades semanales de omega-3 y la dosis diaria recomendada de vitamina D. Su consumo regular se asocia con la reducción de la inflamación, mejora del estado de ánimo y protección frente al envejecimiento cognitivo.

El aguacate aporta esa cremosidad que equilibra el sabor intenso del salmón. Rico en grasas monoinsaturadas cardiosaludables, también contiene vitamina E, vitamina C, ácido fólico, magnesio, hierro y potasio. Su fibra alimentaria favorece la digestión, regula el colesterol y ayuda a mantener estables los niveles de glucosa en sangre. Además, el aguacate contiene antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que protegen la salud ocular.

El mango, por su parte, es el toque tropical que redondea el plato. Dulce, jugoso y lleno de color, aporta vitaminas A, C y E, además de compuestos fenólicos con propiedades antiinflamatorias y digestivas. También contiene zeaxantina, que ayuda a prevenir la degeneración macular, y fibra que favorece la saciedad y el tránsito intestinal. Su vitamina C mejora la absorción del hierro del salmón, creando una sinergia nutricional perfecta.

Este tartar se puede servir como entrante elegante en cenas especiales, como plato principal ligero acompañado de una ensalada verde, o como opción saludable en celebraciones como Navidad, San Valentín o cualquier día en que quieras cuidarte sin renunciar al sabor. Al servirse crudo, conserva intactas sus propiedades nutricionales y su frescura natural, lo que lo convierte en una elección inteligente y deliciosa.